martes, 28 de abril de 2009

El inicio de tiempos feos

Se lo he dicho a varias personas ya; mientras más entiendo la economía, más me desagrada. Cada vez odio un poquito más la manera en la que trabaja el mundo; la necesidad (que a mis ojos para nada es necesaria) de un estrato social jodidísimo y el exceso de poder concentrado en las pezuñas de unos cuantos cerdos capitalistas. Pero este post no se trata de la visión económica en construcción que está en mi cabeza.
Esto es, más bien, una forma desordenada de ordenar lo que está en mi cabeza. Mientras me río de quienes no dejan de repetir que la epidemia es propaganda terrorista patrocinada por los grandes controladores de La Máquina tampoco quiero prender las noticias y escuchar una tras otra noticia cada vez con tono más agravante sobre lo mismo; cómo el gobierno no deja de fallarnos una y otra vez. No hay medicinas. La gente revende los cubrebocas. Vacúname a mí primero ¿no ves que yo estoy más enfermo, cof cof?
Este país me decepciona cada vez más. La gente es incapaz de trabajar en conjunto. Se quejan del gobierno pero están contenterrimos cuando los invitan al pachangón y les ponen cheva en mano. Entonces inmediatamente cambia la manera de pensar: Fulapuerco sería un buen diputado, mira cómo escucha nuestras propuestas mientras bebemos y escuchamos Daddy Yankee.
No hablo de preferencias políticas. A mi gusto, todos los partidos son la misma gata revolcada. La misma gente, en diferentes presentaciones, con ganas de darle en su reputa madre al país.

Y nosotros somos el mismo pueblo que sonríe mientras le rompen la madre sólo pa decir después "Estoy jodido pero contento".

También me da un poco de miedo. La verdad es que cada vez menos gente me cae bien y los grandes grupos de personas me asustan cada día más. A veces no entiendo cómo funcionan grandes empresas si cada uno de sus engranes es un poco más imbécil e inepto que el otro. Todo esto viene a que si de plano ya estábamos bastante jodidos por la maldita crisis mundial y la desesperación comenzaba a sentirse un poquito más cabrona... agregándole psicosis y la oportunidad para "justificar" actos de violencia y pillaje; éste país se va a ir al carajo más rápido de lo esperado.

La gran pregunta en mi cabeza es... ¿Nos lo merecemos?

Y muchas veces me respondo que sí. Cuando no, es porque tengo un rato de demencia y de fe en que las cosas pueden cambiar.

1 comentario: