miércoles, 23 de mayo de 2012

Para no olvidar jamás

Te quiero porque hay una luz que nunca se apaga. Te quiero por el amarillo, azul y kelly green. Te quiero por una carta hecha a mano. Te quiero por canciones románticas. Te quiero también con las ridículas. Te quiero por un girasol. Te quiero por tus ojos que cambian de color. Te quiero por tu manera torpe de caminar. Te quiero porque me besas la mano cuando me siento mal. Te quiero porque te ríes de mí cuando hablo de mis complejos. Te quiero porque cuando tú te ríes se me olvida todo lo demás. Te quiero cuando te queda grande la camisa y cuando te aprietan las camisetas. Te quiero cuando se te olvida que estás nervioso. Te quiero con tus tenis nuevos y los viejos y tus calcetines disparejos y todos los huecos en ellos. Te quiero decir sí cada vez que me propones algo, lo que sea. Te quiero porque te quedas despierto toda la noche. Te quiero porque aunque duermes poco sueñas mucho. Te quiero porque te gusta la ropa interior de algodón. Te quiero porque te da lo mismo destapar una botella de vino caro o una botella de agua. Te quiero porque no tienes que intoxicarte para estar conmigo. Te quiero, también, cuando te intoxicas. Te quiero porque juegas con mi cabello. Te quiero porque eres más azul que el mar. Te quiero porque eres todas las canciones que me cantas y que te canto. Te quiero porque me dejas enterrar mis pies en la arena. Te quiero porque tienes un perfume que es solo tuyo. Te quiero porque entiendes la importancia de nunca vernos en el baño. Te quiero porque eres puntual. Te quiero porque no olvidas usar la diéresis. Te quiero porque tus manos me moldean. Te quiero porque me escribes cosas hermosas.Te quiero porque me encanta oírte hablar emocionado. Te quiero cuando sabes a jugo de naranja. Te quiero cuando me susurras cosas lindas al oído. Te quiero más cuando me susurras cosas que no le dirías a nadie más. Te quiero después de que te lavas los dientes. Te quiero recién bañado o bajo los rayos del sol. Te quiero cuando estás derrotado. Te quiero cuando se te ocurre cortarte el cabello de una forma diferente y siempre se te termina viendo igual. Te quiero con brazos largos o cortos. Te quiero cuando triunfas. Te quiero cuando olvidas llamarme por teléfono. Te quiero cuando tienes un detalle conmigo. Te quiero cuando me sorprendes. Te quiero cuando vamos al cine. Te quiero cuando la única luz del cuarto es la del estéreo. Te quiero cuando me decepcionas. Te quiero; y tú eres tú y yo soy yo.

domingo, 20 de mayo de 2012

No es el día de mi cumpleaños

Empecemos por el hecho de que hace tanto que no entraba a escribir algo aquí que no había notado todos los cambios, y de ahí podemos partir a todo lo que ha cambiado en mi vida desde el año pasado.

A unas horas de cumplir 25 años y después de algunas semanas (o tal vez meses) de enfrentarme cara a cara con las situaciones más difíciles de mi vida adulta, aquí estoy escuchando canciones que hace 10 años me hacían feliz mientras escribo y trato de ordenar todo lo que quiero decir y no sé cómo.
Voy a empezar por decir que ya reconozco que soy de esas personas que se alimentan de la nostalgia. Y que esta línea de Midnight in Paris no la olvidaré jamas:

Nostalgia is denial - denial of the painful present... the name for this denial is golden age thinking - the erroneous notion that a different time period is better than the one ones living in - its a flaw in the romantic imagination of those people who find it difficult to cope with the present. 

Y no es que mi presente sea necesariamente malo; de hecho no lo es. Pero hay ciertos tipos de nostalgia, así como hay diferentes tipos de tristeza. Está la nostalgia por los good old days, que si cierro los ojos y pienso en ellos, me topo con un collage de recuerdos de mi niñez y adolescencia que no cambiaría jamás. También está la nostalgia  lost&found y es la que engloba todas las ganas de volver a sentir algo por primera vez; como el primer amor o la sensación de manejar tu primer coche, así como la nostalgia por lo que alguna vez sentiste y ya no sientes más, como fe en la humanidad o en la religión, así como las ganas de poder recuperar la simple capacidad de poder confiar en alguien, completamente, otra vez.

También está la nostalgia por los días en que uno no sentía nostalgia, la metanostalgia, pero de esa no queremos hablar porque cada vez que alguien utiliza la palabra -meta-, un unicornio bebé pierde su cuerno.

Hace un año me encontraba en un momento muy extraño de mi vida. Después de una relación no sé si larga, pero definitivamente tormentosa, me enfrentaba al mundo de nuevo pero esta vez sola. Me enfrentaba a un mundo en el que todas mis amigas de la prepa se estaban graduando y yo todavía no veía la luz al final del tunel. Tenía un trabajo que me encantaba, un par de zapatos plateados y ni una puta idea de qué iba a hacer con mi vida.

Y así siguen las cosas. Tengo un nuevo trabajo que también me encanta, aún conservo mis zapatos plateados y si les vuelvo a decir que no tengo idea de qué voy a hacer con mi vida una vez más se me van a llenar de lágrimas los ojos.

Me cambié de ciudad y encontré lo que estaba buscando. Encontré en medio de todo el ruido la paz que me hacía falta; volverme una hormiguita más en el transporte público me quitó un peso de los hombros que no puedo describir. Aprendí a amar los tacos de canasta, los domingos por la mañana y descubrí que, contrario a lo que había creído toda mi vida, tener un departamento alfombrado es lo peor del mundo.

Mi vida se compone de descubrir que lo que creía estaba mal, de decepciones, de cicatrices en las rodillas, de momentos extraordinarios, de anécdotas tan graciosas como jodidas, pero no me puedo quejar. Este "primer tercio de mi esperanza de vida" ha sido de lo más intenso, maravilloso, sucio, torpe y hermoso. Y me encanta.

Aún ahora, en estos momentos en que mi silla es lo único que me separa del suelo, me gusta poder estirar los pies y pensar que si he superado todas las pruebas anteriores, esta nueva etapa de mi vida no debe ser mayor problema. Y si es la mitad de increíble de lo que ha sido mi vida hasta ahora, realmente no puedo quejarme.