miércoles, 27 de octubre de 2010

Lorena a través del espejo

Qué difícil es escribir sobre mi. Suelo mirarme mucho así porque me siento más yo que nunca. Porque cuando no tengo ropa no tengo nada que adornar, nada que tapar y, mejor aún, todo que presumir.
Me gusta mi cuerpo desnudo porque cuenta historias. Las estrías en mis senos cuentan que crecí demasiado rápido; los diferentes tonos de piel que convergen en mi torso hablan de todas las tardes que paso disfrutando frente al mar; mi pasatiempo favorito.
Mi tatuaje en el costado izquierdo es un tesoro que guardo sólo para mí y cada vez que lo observo con detenimiento le cambio la forma. Cada vez que siento su suave relieve sonrío.
Mis piernas son el encuentro de dos mundos. Mi piel es suave y tienen apariencia redondeada pero son fuertes e incansables. Ya sea cubiertas de moretones, de crema humectante o al desnudo, mis piernas son el transporte a lo mejor de dos mundos: el exterior y el que está dentro de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario